y llega el día

40 semanas y 4 días.

De mañana no pasa.

Ben recibirá un golpe de estado mañana.

Lo liderará nuestro no tan amigo Pitocín y las tropas de enfermeras y consejos médicos de rutina.

Desde el lunes nos dieron la noticia de que esperar más ya no era una opción segura. Yo pasé en ese mismo instante del pensamiento “¡sácamelo ya!” … a un estado que hasta ahora solo puedo definir como una mezcla de frustración y miedo que se sentía casi como tristeza, en el que me repetía que “si no me hubiesen puesto de reposo… o si hubiese hecho más ejercicio…” o simplemente preguntarme ¿por qué no quiere salir?

Felix en un esfuerzo por tranquilizarme sacó de Mr. Google las estadísticas “Su fecha de <parto> es sólo un estimado. De hecho, solo el 5 por ciento de los bebés nacen en su fecha”… y además mientras todo esto pasaba, y yo estaba en el limbo,  Felix quería tomar la decisión de si guardar o no las células madres de Benjamin al momento del parto. Me lanzaba toda la info que iba a consiguiendo, mientras yo me encargaba de cotizar. ¿Qué es lo mejor? Si un día llegases a necesitar estas células, sabrás que pudiste guardarlas y no lo hiciste… pero si lo haces, y luego nunca las necesitas… o lo que es peor, terminas necesitando ese dinero para otra cosa y no lo tienes y por cubrirte de un riesgo, quedas expuesto por otro lado…

¿Se pueden imaginar cómo estaba mi cabeza? … Hormonas, preguntas, riesgos, la vida planificando por mí cómo y cuándo llegaría Ben… volvía a preguntarme y si le pregunto a la doctora y le pido más tiempo. Mañana es muy pronto. Puedo aun irme a caminar la cinta costera o hacer más yoga. Pero… ¿y si pongo en riesgo a mi bebé?

Finalmente llamo a la doctora, y le hago la pregunta… ¿Gladys, y si esperamos un poquito más?

… ella con gran paciencia me explicó, me escuchó y dijo con aplomo… “Esta bien. Pero si de aquí al jueves nada pasa, te quiero el viernes a las 7 am en la clínica para inducir ese parto. No podemos esperar mas”.

Yo acababa de ganar 4 días. Es como si me hubiesen dado una segunda oportunidad. Felix también se llenó de energía. Buscó todo lo que teníamos que hacer: subir escaleras, caminar, nadar, tener sexo, comer picante… ok, armemos el cronograma de actividades. Agendadas. Manos a la obra…

Ya hoy, a pocas horas del “día cero”, mi bebé decidió retomar las contracciones y aunque aun no son suficientes, tengo miedo de terminar “pariendo en el carro” como los mil videos que he visto en Instagram jajaja

La decisión de las células se tomó.

Las actividades se hicieron.

Y Ben, desde ya me dio la primera lección de la maternidad: no importa lo que uno se prepare, estudie, y trate de hacer “lo mejor para nuestro bebé”. La historia de la maternidad no la escribimos nosotras. Nosotras solo podemos tratar de hacer lo mejor posible. Pero la vida, el bebé y el “destino” van a tomar las decisiones por ti, cumplirán su camino, mientras tu te molestas en hacer planes…  yo solo puedo ser flexible.

Besos!

Las leo 🙂